El juego en la infancia

¿Sabías que los niños y las niñas juegan desde que son bebés?

Juegan con sus manos y con sus pies. Juegan cuando agarran cosas y se las llevan a la boca. Juegan con la comida y con su voz cuando gritan o cantan. Juegan con su cuerpo y en la interacción con otras personas.

Jugar es un asunto muy importante durante la infancia: es lo más propio de la niñez y es parte de un desarrollo emocional saludable.

Si queremos conectar con un niño o una niña el mejor camino siempre será el juego

Jugar con él o ella y sumergirse en ese mundo de realidad fantasiosa compartida. A veces las responsabilidades del día a día nos hacen olvidar de lo importante que es el tiempo de calidad compartido: Jugar es hacer y no se puede jugar estando quietos.

El cuerpo y el movimiento son condición necesaria para el jugar en la infancia. Por eso son inquietos y no dejan de moverse. un momento de juego, de verdadera conexión, sin pantallas por medio. Un tiempo de verdadera conexión emocional en el que dar nuestra completa atención.

¿Cómo podemos acompañar?

Las personas adultas que cuidamos tenemos como función acompañar esas necesidades ofreciendo espacios seguros para explorar sin peligros. Brindar estos espacios forma parte de lo que llamamos ambiente facilitador: un espacio que sea cómodo y seguro para que un niño o una niña pueda jugar. En lo posible es importante que el espacio físico favorezca la libertad de movimientos y la exploración. Sobre todo, en nuestras casas, que es donde más tiempo pasamos, debemos poner atención a que los objetos que estén a su alcance no sean peligrosos o frágiles y se puedan romper fácilmente.

Los objetos que estén “prohibidos” para los niños y niñas (remedios, insecticidas, productos de limpieza, cuchillos, tijeras, etc.) nunca deben quedar al alcance de los más pequeños.